Tu sonrisa suelta.: agosto 2011

viernes, 26 de agosto de 2011

Leído

  La mejor soledad es la que nace en las hojas como un guante de arena y se pega en el pecho en caricia de niebla, sin el peso y el remordimiento de las manos que siempre reclaman. Hasta que algo se rompe, o se abre, y el viento se deshace en pedazos de papel escrito. Entonces uno se retoma donde había quedado, en la mala, en la nube verdosa del sillón de pana con las cabeza entre las rodillas, o tirado entre la cama y el ropero.

martes, 23 de agosto de 2011

PAVADAS

Fumaban mucho, demasiado, el ajedrez era un pretexto para estar de frente y de vez en cuando mirarse, consolarse en silencio con la mirada. Fumaban mucho, pero en París nada es demasiado.
Tomá, dice Julio, esto es para tu archivo, y atraviesa la pared de humo con su largo brazo y un papel arrugado. No le pongas música, son pavadas.
Atahualpa endereza la hoja y descubre que es un poema, y que ciertamente lleva por titulo: "Pavadas". 
Lo lee, y en el fondo entiende, pero no.  Julio, esto no puede llamarse así, hay que buscarle otro nombre, no se, "El árbol", "El río", "El hombre", algo que se parezca a las piedras.


Al árbol ya cortado no lo claves en tierra
porque su copa seca no engañará los pájaros.
Al dique que discurre no le levantes vayas
que allá en el aire libre cabalgarán las nubes.
Al hombre desterrado no le hables de su casa,
la verdadera patria caro la esta pagando.
El árbol ya cortado, 
el río que discurre, 
y el hombre desterrado,
caro lo están pagando.
Tanto vivir entre piedras, yo creí que conversaban.
Voces no he sentido nunca, pero el alma no me engaña.
Algún algo han de tener aunque parezcan calladas,
temblor, sombra o, que se yo, igual que si conversaran.
Ojalá pudiera un día vivir así,  sin palabras.
Ojalá pudiera un día vivir así,  sin palabras.

                                                  Julio Cortazar

jueves, 18 de agosto de 2011

...como si se pudiese elegir.

Hoy me llego un e-mail que decía: "para vivir una vida plena y feliz solo tendrás que rodearte de buenas personas". Perfecto!! 
Pero... entonces, todos los infelices de este mundo, ¿seremos demasiado boludos para elegir, o demasiado mala gente para ser elegidos?

domingo, 14 de agosto de 2011

Siete cardenales en el corazón.

Hay canciones que se nos parecen, etc, etc...


Si alguna vez he dado más de lo que tengo,
me han dado algunas veces más de lo que doy.
Se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio a donde voy.

A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado,
del calor de la lumbre del hogar me aburrí.
También en el infierno llueve sobre mojado,
lo se porque he pasado más de una noche allí.

En busca de las siete llaves del misterio,
siete versos tristes para una canción,
siete crisantemos en el cementerio,
siete negros signos de interrogación.

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y muchas golondrinas huyen de la ciudad.
El asesino sabe más de amor que el poeta,
y el cielo cada vez está más lejos del mar.

Lo bueno de los años es que curan heridas,
lo malo de los besos es que crean adicción.
Ayer quiso matarme la mujer de mi vida,
apretaba el gatillo cuando se despertó.

Con siete espinas de la flor del adulterio,
siete carreteras delante de mí,
siete crisantemos en el cementerio,
siete veces no, siete veces si.

Me enamoro de todo, me conformo con nada,
un aroma, un abrazo, un pedazo de pan.
Y lo que buenamente me den por la balada
de la vida privada de fulano de tal.

Siete crisantemos en el cementerio,
siete despedidas en una estación,
siete crisantemos en el cementerio,
siete cardenales en el corazón.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Hay que mirar para ver.

"El amor es la compensación de la muerte, su correlativo esencial."
                                A. Shopenhauer
El secreto es no quitar la vista de ella. Cuando pasa por la vereda de enfrente y su largo pelo negro le dibuja una espalda frágil de mujer silencio, o cuando cruza la calle abrazada a sus cuadernos y uno intuye la poesía de siempre en su memoria. Pero también cuando camina con un hombre a su lado y su sonrisa es un dolor profundo que rebota, e incluso en la noche que le brillan los ojos de vino y de sueños ajenos. Cuando un beso le acaricia los labios y ella abriga esperanzas de eternas ideas. Todos y cada uno de los días, aunque nos gane el vomito al verla en la plaza vendiendo sus alas, el secreto es mirarla, mirarla siempre, hasta que no sea ella.

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Aburrido y simple como un juego de ajedrez.